La propiocepción
Es el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos, es la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas. Regula la dirección y rango de movimiento, permite reacciones y respuestas automáticas, interviene en el desarrollo del esquema corporal y en la relación de éste con el espacio, sustentando la acción motora planificada. Otras funciones en las que actúa con más autonomía son el control del equilibrio, la coordinación de ambos lados del cuerpo, el mantenimiento del nivel de alerta del sistema nervioso central y la influencia en el desarrollo emocional y del comportamiento.
El sistema propioceptivo está compuesto por una serie de receptores nerviosos (husos musculares, órganos tendinosos de Golgi, receptores articulares, ligamentos articulares y los receptores de la piel) que están en los músculos, articulaciones y ligamentos.
Se encargan de detectar:
a) Grado de tensión muscular
b) Grado de estiramiento muscular
Envían esta información a la médula y al cerebro para que la procese. Después, el cerebro procesa esta información y la envía a los músculos para que realicen los ajustes necesarios en cuanto a la tensión y estiramiento muscular y así conseguir el movimiento deseado.
Los propioceptores forman parte de un mecanismo de control de la ejecución del movimiento.
Es un proceso subconsciente y muy rápido, lo realizamos de forma refleja.
El entrenamiento de la propiocepción se trata de ejercicios sencillos, que tratan de someter al organismo a pequeñas dificultades progresivas: desequilibrios, ejercicios en superficies inestables o con ojos cerrados, etc. De esta manera reeducamos a nuestros receptores para que vuelvan a transmitir la información de manera correcta, o de forma más eficiente.
Objetivos del entrenamiento de la propiocepción:
• Recuperación del sistema propioceptivo tras lesiones que disminuyen la efectividad de este sistema y hacen que tengamos más posibilidades de volver a sufrir una lesión
• Prevención de lesiones: incluso sin haber sufrido un accidente anterior, el entrenamiento somato-sensorial puede ayudarnos a evitar posibles lesiones propias de la práctica deportiva.
• Mejora del rendimiento en deportes de todos los niveles. La mejora de las percepciones nos permitirá alcanzar un rendimiento óptimo.
Si nos gusta correr, y mucho más si nos gustan las carreras de aventura, no podemos dejar de realizar siempre ejercicios de propiocepción; este sistema es el que se encarga de colocar un pie de forma inconsciente cuando éste se apoya sobre una superficie inestable o cuando se produce un movimiento inesperado, algo de lo más común cuando corremos por un entorno como la montaña, repleto de obstáculos, muchos de ellos inesperados e incluso ocultos. Sin un sistema propioceptivo correctamente desarrollado no seremos capaces de aplicar fuerzas correctamente, ya que un sistema eficiente mejora nuestra respuesta en acciones de fuerza, coordinación, equilibrio y tiempos de reacción.
Cuanto más desarrollado esté el sistema propioceptivo, mejor y más rápida será la respuesta de nuestro cuerpo, minimizando los problemas derivados de un movimiento inesperado. En pocas palabras, el trabajo de propiocepción nos ayudará a prevenir lesiones.
Fuente:
http://fissioterapia.blogspot.com.ar